El problema no está en los tópicos que has puesto, Madned.
Para empezar eso de "las 3d o nada" en el panorama hoy en día huele a cuerno quemado, si no, no se explica la cantidad de pasta, pero pasta pasta que está dando los jueguecitos shareware que corren por internet (que son de mover cajitas cual George Stobbart, puzzlecillos sliders, recolecta de gemas, etc...) o los juegos de móviles, que éstos si que mandan narices, jugando en pleno siglo XXI al mismísimo Bombjack y encima a eso se le llama "revolución".
Después, y aquí es a lo que voy, desde siempre, desde el inicio de los videojuegos, éstos siempre se han creado y se han hecho para ganar dinero. Fïjate el origen de ellos: las recreativas, si no pagas, no juegas. Ninguna empresa, ningun título ha salido con la intención de aportar algo a este octavo arte, sino mas bien, con la intención de que (al menos) salga rentable.
Lo que pasa es que a partir de los 90, parece que hubo una gran conciencia general (sobretodo en el mundo del PC) de que los juegos era una manera perfecta para hacer ARTE, así con mayúsculas y por eso nos llovió tantas y tantas obras maestras o en su defecto, juegos diseñados sin fisuras. Titulos como Civilization, Monkey Island y un largo etcétera Esos juegos educaron a un público acostumbrado a arcades repetitivos y captaron una nueva audiencia, (cosa que también paso en los 80, que tambien tuvo su avalancha de titulos potentes, por supuesto) pero más que nada por cómo eran los juegos en sí, cómo estaban diseñados, lo que ofrecían nuevo. En definitiva, se trataba de que el público se acercara al arte, no al contrario.
Hoy en día, esas inquetudes artísticas han desaparecido, al jugador se le da lo que pide (craso error), pocos diseñadores (por no hablar ya de las compañías que ponen la pasta) tienen la valentía de hacer un juego pensando en sus influencias, en sus creencias (sobre videojuegos, vamos) sin importarle un carajo lo que pensará el público del juego. Hoy en día, al jugador no se le "educa", se le complace. Y esto no deja de ser otro error, el jugador medio, por poco exigente que sea, también es impredecible, si tiene poca paciencia para jugar a una aventura, también la tiene para jugar a varios clones de un mismo tema. Tal vez no sea, hoy, ni mañana ni pasado, pero con el tiempo, eso que adora hoy, lo aborrecerá mañana.
Vamos, por ejemplo, ¿queda algun fan todavia de Take That? ¿De (jojo) New Kids on The Block? Coñe... ¿de Mariah Carey? ¿Quién canta todavía el aserejé? ¿Porqué la gente se queja de que en las últimas partes de American Pie o Austin Powers repiten los mismos gags si era ésto lo que pedian?
Toda esta caspa viene a cuento de lo siguiente: ¿qué cuesta hacer las cosas bien? En una aventura... ¿qué cuesta que el actor de doblaje se pase una hora más en el estudio para doblar descripciones? ¿Porqué el diseñador no dedica 5 minutos más a un puzzle? ¿En qué coño está pensando un diseñador, cuando debe agradecer el tener un curro que le permita expresarse artísticamente (básicamente) como le salga de la punta del capullo? ¿Nadie pelea por evitar esas "concesiones" hechas sólo para un público que les dará la espalda a primera de cambio? ¿Tan poca integridad hay en este mundillo hoy en día?
Grrrrr.... No digo que la aventura esté muerta, vamos... siempre que haya algún chavalín (que los hay
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) que juegue al Larry 1 AGI, que se queje de la superficialidad de un Syberia o que exija más de lo que le dan, no morirá. Lo único que digo es que los responsables (y de hecho, los que tendrían que beneficiarse más) de mantener un género íntegro, por lo que se ve, se están tocando los cojones. Y eso me apena, siento pena porque los únicos "brainstorming" de puzzles sean para decidir cuántos kilómetros (en píxeles) debe recorrer el protagonista, que las únicas inquetudes artísticas que le queden al mundo de la aventura sea la plástica...
Pero por suerte, aún quedan unos cuantos "rebeldes" que siguen las reglas no escritas de una aventura. Algún día les tocará su turno, de mientras seguiré esperando con Madned sin perder la esperanza.
P.D: Y ahora, nos damos las manos y cantamos Cumbayá, jajaja