El episodio tercero. Critica de Rising
Publicado: Jueves, 12 de Mayo de 2005 13:31
Lo que os imagináis. Casi podría resumir toda la crítica diciendo que lo que os esperéis de este episodio tercero es exactamente lo que da, con mínimas variaciones.
Recordad que han vendido este episodio como el mejor, más espectacular, el que más planos de efectos especiales tiene, y oh spoiler, en el que Anakin Skywalker se convierte en malo. La película es practicamente un envoltorio para que la historia de la saga espacial llegue exactamente al escenario del que se parte en "La guerra de las galaxias", haciendo todo tipo de filigranas para que no se noten demasiado las incoherencias. ¿Qué filigranas? Los efectos especiales.
Sin duda esta película es la cosa más barroca que ha pasado por los cines jamás. Casi todas las escenas son de acción o lucha, y casi todas rezuman dinamismo, claridad, y mucho, mucho ajetreo en la pantalla. Ocurren cientos de cosas a la vez, además de la importante, y eso tiene dos consecuencias: distrae de la trama principal - lo cual es hasta una virtud - y te da dolor de cabeza. No, no, George Lucas no es Michael Bay: monta muy bien todos los planos para que el espectador sepa en todo momento cómo va la batalla, y de forma bastante coherente, pero es la acumulación de bichos maravillosos lo que acaba agotando.
En cuanto a la trama, absolutamente nada de lo que cualquiera que esté minimamente puesto en la saga de Lucas sepa. De hecho ahí la película tiene otro defecto por exceso: ocurren exactamente todas las cosas que se cuentan en la trilogía original, pero todas todas, y del todo incoherente no queda, pero suena raro. Esa búsqueda de un final anticlimático pero a la vez feliz, esa forma de hinchar las batallas para que el Gran Cambio quede lo más impresionante posible y demás trucos quedan bastante a la vista de cualquiera.
Por otro lado está el problema de la estética. "La amenaza fantasma" era una auténtica belleza de escenarios, robots, razas de extraterrestres, decorados colosales, etcétera, y ésta también lo es. ¿Qué ocurre? Que "La guerra de las galaxias" es un producto de los 70, y los ordenadores minimalistas a lo Bang&Olufsen llenos de lucecitas dominaban cada una de las naves. Uno tiene que suponer que el lado oscuro de la fuerza le da menos al rococó, porque la gran diferencia tecnológica que existe desde el principio hasta el final de la peli (donde George Lucas no puede evitar autorreferenciarse) queda absurda e inverosímil. A no ser que ahora Lucas quiera editar otra vez la trilogía original para darle un aspecto más high-tech.
Pero en definitiva lo que noto es que, a pesar de ser una gran muestra de eficacia y de dominio de la técnica, Lucas ha perdido el norte o se deja engañar por lo que pide su público. La trilogía original era un tributo a todo el cine de aventuras de serie B, llena de diálogos al más puro estilo del Hollywood clásico, de personajes siempre divertidos, y con ese toque medio ingenuo medio entusiasta que se contagiaba. En esta nueva trilogía se intentó el toque de humor en la primera película, y no gustó nada porque la bufonería era excesiva; se intentó el toque aventurero y romántico en la segunda, y no funcionaba por obvio y machacón; se ha prescindido de todo ello en la tercera, y es mejor película, pero una película que es pura tecnología.
Los actores que rodean a los (que quede claro, maravillosos) efectos especiales son competentes. Menos, ay, Christiansen, perdido en un mar de muecas cuando ni siquiera le hacían falta para mostrar que el lado oscuro es poderoso, como bien demuestra el actor que encarna a Palpatine, realmente terrorífico. Al final trasciende una bonita lucha de espadas final, aunque algo larga, y memorables escenas de acción con Yoda de protagonista. No busquéis nada más. Y sentaos por el final, que esto marea.
Recordad que han vendido este episodio como el mejor, más espectacular, el que más planos de efectos especiales tiene, y oh spoiler, en el que Anakin Skywalker se convierte en malo. La película es practicamente un envoltorio para que la historia de la saga espacial llegue exactamente al escenario del que se parte en "La guerra de las galaxias", haciendo todo tipo de filigranas para que no se noten demasiado las incoherencias. ¿Qué filigranas? Los efectos especiales.
Sin duda esta película es la cosa más barroca que ha pasado por los cines jamás. Casi todas las escenas son de acción o lucha, y casi todas rezuman dinamismo, claridad, y mucho, mucho ajetreo en la pantalla. Ocurren cientos de cosas a la vez, además de la importante, y eso tiene dos consecuencias: distrae de la trama principal - lo cual es hasta una virtud - y te da dolor de cabeza. No, no, George Lucas no es Michael Bay: monta muy bien todos los planos para que el espectador sepa en todo momento cómo va la batalla, y de forma bastante coherente, pero es la acumulación de bichos maravillosos lo que acaba agotando.
En cuanto a la trama, absolutamente nada de lo que cualquiera que esté minimamente puesto en la saga de Lucas sepa. De hecho ahí la película tiene otro defecto por exceso: ocurren exactamente todas las cosas que se cuentan en la trilogía original, pero todas todas, y del todo incoherente no queda, pero suena raro. Esa búsqueda de un final anticlimático pero a la vez feliz, esa forma de hinchar las batallas para que el Gran Cambio quede lo más impresionante posible y demás trucos quedan bastante a la vista de cualquiera.
Por otro lado está el problema de la estética. "La amenaza fantasma" era una auténtica belleza de escenarios, robots, razas de extraterrestres, decorados colosales, etcétera, y ésta también lo es. ¿Qué ocurre? Que "La guerra de las galaxias" es un producto de los 70, y los ordenadores minimalistas a lo Bang&Olufsen llenos de lucecitas dominaban cada una de las naves. Uno tiene que suponer que el lado oscuro de la fuerza le da menos al rococó, porque la gran diferencia tecnológica que existe desde el principio hasta el final de la peli (donde George Lucas no puede evitar autorreferenciarse) queda absurda e inverosímil. A no ser que ahora Lucas quiera editar otra vez la trilogía original para darle un aspecto más high-tech.
Pero en definitiva lo que noto es que, a pesar de ser una gran muestra de eficacia y de dominio de la técnica, Lucas ha perdido el norte o se deja engañar por lo que pide su público. La trilogía original era un tributo a todo el cine de aventuras de serie B, llena de diálogos al más puro estilo del Hollywood clásico, de personajes siempre divertidos, y con ese toque medio ingenuo medio entusiasta que se contagiaba. En esta nueva trilogía se intentó el toque de humor en la primera película, y no gustó nada porque la bufonería era excesiva; se intentó el toque aventurero y romántico en la segunda, y no funcionaba por obvio y machacón; se ha prescindido de todo ello en la tercera, y es mejor película, pero una película que es pura tecnología.
Los actores que rodean a los (que quede claro, maravillosos) efectos especiales son competentes. Menos, ay, Christiansen, perdido en un mar de muecas cuando ni siquiera le hacían falta para mostrar que el lado oscuro es poderoso, como bien demuestra el actor que encarna a Palpatine, realmente terrorífico. Al final trasciende una bonita lucha de espadas final, aunque algo larga, y memorables escenas de acción con Yoda de protagonista. No busquéis nada más. Y sentaos por el final, que esto marea.