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Si leonardo levantara la cabeza…

Título: The Secrets of Da Vinci: El manuscrito prohibido (2006)

Desarrolladora: Kheops Studio, Elektrogames, Mzone Studio

Distribuidora: Nobilis

Lanzamiento: 28 de abril de 2006

Especificaciones (mínimo recomendado): Procesador Pentium III o superior a 800 MHz | 64 MB de RAM | 1,2 GB de espacio en disco | Unidad lectora de CD 16X | Tarjeta gráfica de 64 MB compatible con DirectX 9 | Windoes 98, Me, 2000 ó XP

# Publicado el por Paco García 1

Realmente empezamos a hallar datos de importancia a partir del final del tercer episodio y durante el cuarto, y eso si tenemos la paciencia de seguir atentos hasta ese punto. A partir de ese momento, el juego empieza a dar extraños vuelcos y giros que intentan ser sorprendentes y resultan de lo más inocuo. Conjuras secretas, mentiras, personajes que intentan no aparentar lo que son pero que no lo consiguen… Todo ello para alcanzar un final engañoso, con la aparición espontánea de un personaje conspirador con indefinidas aspiraciones que quiere para sí el manuscrito de misterioso contenido: se supone que si Leonardo lo escondió con tanto ahínco se debe a que es algo de valor incalculable. Y que, bueno, ya puesto también intenta robar la célebre Gioconda y así «llevar a cabo el golpe de su vida» (sic).

Con una trama tan torpe cabe esperar al menos que el diseño de los puzzles esté algo más elaborado. Por suerte, durante la primera mitad del juego nos encontraremos con enigmas bastante ingeniosos basados en la combinación de objetos, en la línea de los que Kheops acostumbra a introducir en sus más recientes productos, que además se pueden resolver de una manera no lineal y de varias formas.

La experiencia de juego se hace fluida y a ratos entretenida, aunque como ya se ha mencionado muchas veces, al tomar consciencia de lo que estamos haciendo caemos en la cuenta de que no tiene nada que ver con lo que hemos venido a hacer, encontrándonos ante un casi surrealista desconcierto. Esto se debe a que la concatenación de los puzzles se mueve por líneas demasiado curvadas, de tal manera que para llegar a un objetivo a simple vista sencillo hay que realizar demasiadas cosas. Da la impresión que ante la falta de ideas para añadirle cuerpo a la aventura hubiesen alargado las que tienen, y eso que se trata de un producto que no nos llevará mucho tiempo completar.

El modo de juego que se emplea en The Secrets of Da Vinci, aunque efectivo y no demasiado engorroso, sí puede tildarse de barroco y en muchas ocasiones tacharse de innecesario. En la pantalla del inventario, muy similar al de otras producciones de Kheops, nos encontramos con un retrato del personaje al que aplicar diversos objetos (cosa que haremos dos o tres veces a lo largo de toda la aventura); un inventario de ampulosa manipulación en vista de la gran cantidad de objetos que se pueden manejar y que se van distribuyendo arbitrariamente en diversas pestañas; un icono para el diario, en el que se nos van concretando propósitos (qué sería de muchos sin él, por muy artificial que resulte); un portafolios en el que resolver algunos enigmas sobre el papel, que cuando no son puzzles en el sentido más estricto de la palabra (de los de encajar piezas), bastante similares a los que se podían ver en las paredes de las cavernas de Echo, son de ideogramas que interpretar.

También nos encontraremos con un contador de monedas en este caso bastante inútil, en vista de que sólo se puede comerciar con Saturnino, el guardián de la mansión, con objetos que se pueden encontrar sin demasiada dificultad dentro del propio recinto y con un «contador de virtud», que viene a ser la culminación del aderezo estúpido, cuya utilidad es más que discutible: dependiendo del tono de conversación que elijamos o de las acciones que realicemos se sumarán puntos en uno u otro campo impidiendo, si uno de ellos está colmado, realizar las acciones del otro tipo. Lo cierto es que es difícil encontrarse con problemas para realizar cualquier tipo de acción, lo que lleva a pensar que es más un elemento de relleno que algo que realmente sirve para algo. En cualquier caso, se supone que un interfaz debería estar pensado para facilitar las tareas al jugador, no para ponerle cortapisas. ¿En qué punto y por qué monstruoso motivo se desechó el sencillo point & click?

Pasado el ecuador de The Secrets of Da Vinci empiezan a darse cosas más típicas en este tipo de juegos, a las que por mucho que nos enfrentemos nunca podremos dejar de criticar. Una traca de combinatorias de resolución variable que no dejan de ser lo mismo de siempre. Tenemos un armario veneciano, con circulitos de colores que se mueven utilizando diversos tiradores y que abren, por medio de un mecanismo, una portezuela central; al margen de ser un elemento completamente postizo, descontextualiza la por otro lado cacareada ambientación de la aventura: un mueble de esas características difícilmente habrá existido y difícilmente existirá jamás porque, ¿qué utilidad tiene guardar nada de valor en una caja fuerte cuya combinación se puede deducir? También tenemos un ascensor que lleva a un sótano oculto y que por suerte se puede obviar realizando un puzzle menos árido y mucho más creíble que el de los engranajes de colorines. Y, por si no fuera poco, el puzzle estrella, que suele generar un odio profuso y que para colmo esta vez tiene una aplicación casi sacrílega: un slider con la mismísima Mona Lisa.

No se sabe que concepto puede llegar a tener de aventura gráfica la mente pensante que introduce esta clase de puzzles a presión en un juego, pero ni es ni debe parecerse al del divertimento. Quizá sea similar al que tiene un escritor de crucigramas de su «obra». Entendemos que un aficionado al género busca más diversión que pasatiempo al gastar su dinero en un juego de estas características, pero es probable que me estemos equivocados en vista de que cosas como estas se siguen empleando sin ninguna clase de rubor.

En lo referente al aspecto visual de The Secrets of Da Vinci, todo lo que pueda decirse es más bien repetitivo: un trabajo muy elaborado en cuanto a escenarios, aunque sin especiales excesos creativos al tratarse de un juego de ambientación histórica, personajes bien modelados aunque hieráticos con una gesticulación nula o robótica, pocas animaciones y unas cuantas en elipsis gracias al consabido y socorrido empleo de los dibujos explicativos.

Nobilis ha realizado una labor de doblaje funcional, sin más, muchas veces irregular pero efectivo: si hay actores que dan medianamente bien papel, como la protagonista femenina, la voz del rey Francisco o la del propio Leonardo, hay otros como la voz de Valdo o Saturnino que resultan, por sus ademanes y extravagancia, bochornosamente cómicos.

Siguiendo en el ámbito auditivo, si a Kheops en producciones anteriores se le podía haber alabado su positivo hacer en el campo musical, en esta ocasión no se puede mostrar más que una significativa indiferencia: las (pocas y breves) partituras que aliñan el grueso del juego no tienen el punto de personalidad que tuvieron en Retorno a la isla misteriosa o especialmente en Viaje el centro de la Luna. Quizá sea producto de la impresión general que provoca la experiencia de jugar a esta aventura.

Conclusión

Podríamos considerar The Secrets of Da Vinci como un traspiés dentro de la carrera de Kheops Studio, podríamos elucubrar sobre si éste no ha sido un encargo aceptado con el mismo entusiasmo que las adaptaciones de Verne o podríamos achacar sus faltas a la poca renovación que la compañía parece estar dispuesta a llevar a cabo, que se ciñe a una fórmula que resultó solvente hace dos aventuras pero que quizá es demasiado perecedera y envejece más deprisa de lo que debiera.

Lo que está claro es que ésta no es una aventura gráfica tan digna como fueron sus predecesoras y que a los galos aún les faltan un par de hervores para lograr contar una historia con un interés que vaya más allá de un puñado de puzzles aceptablemente diseñados.

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Comentarios

1 comentario.

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1
# Publicado el 11.7.2008 a las 17:36:23 por Hielario

A todos los que pedís aventuras con motor de shooter: Sí, son mucho mejores, pero te piden unos requeriminetos bestiales (o es que no os acordáis de Schizm II o URU o Sentinel?

Se necesitan unos gráficos muy superiores para ese tipo de aventura, (bueno, para todas en las que los movimientos son realistas)que piden unos requerimientos bestiales, tanto en hardware como en soft.

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